Después nos tocó integrar la Directiva y tratamos de cambiar las cosas y creo que fue fundamental el viaje que se hizo a Sudáfrica en 1980, porque si lo miras, muchos de los que fuimos a ese viaje después termínanos o entrenando, o como dirigentes: Stefani, Fajardo, Freccero, Vicente Rocco, Pepo y Paco Invernizzi, Pepe Obes. Ese viaje nos dio la fuerza para cambiar. Queríamos ser un club más vinculado con el Colegio y hubo gente que empujo esa visión: Gabriel Varela, Ignacio de Posadas y el colegio nos dio la oportunidad de compartir el espacio.
Después, Pepo tuvo la visión de hacer la sede acá donde está, había un proyecto de Juan Deal de hacerla del otro lado y me acuerdo que yo no estaba de acuerdo con Pepo. Teníamos posibilidad de ir al Hípico de Solymar. Por suerte, se le hizo caso a Pepo.
Después vino el Seven de Punta del Este que, gracias al laburo de mucha gente, nos dio una cosa más de internacionalidad, con muchos viajes a jugar por el mundo.
Presencie la vida del Club y ha sido muy gratificante.
¿Jugaste alguna vez en Primera con tus hermanos?
Si, un partido jugamos con Santiago y Pablo. Con Santiago jugué mucho. De mis hermanos sin dudas el mejor por muerte. Tenía unas condiciones formidables. Fue parte del equipo de Sudamérica XV que en la histórica gira de 1982 le ganaron a los Sprinbocks. También jugué con Pablo y seguramente nos cruzamos en algún partido con Javier.
Juan, el mayor de mis hermanos, fue campeón con Old Boys en 1975, yo tenía 15 años y los venía a ver.
¿Eras buen jugador? ¿Cómo te definirías?
Tengo muchos detractores en el club. (risas)
Todos van a decir que la tenacidad. Y yo creo que esa fue mi característica en la cancha y en la vida. La entrega. La intensidad.
Antes de 2010 Old Boys había ganado su último campeonato en 1975, vos tenías 15 años, ¿te acordas de eso?
Estuve en esa final. Como te dije, jugaba mi hermano mayor, Juan. Old Boys le ganó a La Cachila de visitante en Melilla.
Tremendo partido de Nicolás Herrera y de Michael “La momia” Smith, que después jugué con él.
Después de aquel campeonato, yo fui jugador, entrenador y directivo y nunca pudimos ganarlo de vuelta hasta que llegó la generación de Agustín (Bordaberry “Bondi”) y en su primera temporada en primera, salen campeones. Me acuerdo que cuando terminó aquella final épica de 2010 en el country de Los Teros contra Carrasco Polo lo fui a abrazar y me dijo “¿Viste viejo que no era tan difícil?”
¿Qué destacas de tu época como entrenador?
Creo que la aparición del profe Tchakidjian fue un cambio de chip importante. Nosotros entrenábamos martes y jueves y el jugador se iba para la casa. El profe los convenció de la importancia de tener una mejor condición atlética para competir: Pre temporada, pesas, doble horario. No era fácil, algunos se resistían y por lo general eran los que mejor jugaban. Pero el profe los convenció de que debían prepararse físicamente, no para ser profesionales, sino para disfrutar más el día del partido.
El jugador empezó a valorar esa condición de prepararse, nos matábamos haciendo burro.
Yo tuve la suerte también de que me tocó dirigir a una cantidad de talento enorme que surgió en esos años: Quicho Bado, José Viana, Alfonso Cardoso, Manu Reyes, Rulo Rodríguez, Toco Pérez…me olvido de muchos, Charlie Cardoso, el Negro Bado…después empezaron a aparecer los juveniles Pingo Pereira, Caco Pastore, Tormenta, Juanchi Baldomir, Seba Salveraglio…
Tuvimos que aprender sobre la marcha. Con el Seven empezamos a contactarnos con entrenadores de afuera y de Argentina, Ricky Alvarado, Tati Phelan, Gabriel Travaglini que fue el primero que trajimos. Ellos nos empezaron a capacitar, nosotros teníamos entrenadores, pero no estábamos al día con el rugby mundial.
Yo me acuerdo cuando entrenaba la primera, le escribía a Bob Dweyer (Entrenador del seleccionado de Australia) y Bob Dweyer ¡me daba los tips para entrenar! Entonces, si tenes al entrenador de los Wallabies que te ayuda, tenes que mejorar.
La diferencia del grupo de entrenadores que esta hoy, es que son mucho mejores que nosotros, entre otras cosas, porque fueron entrenados por mejores entrenadores. Cesar Cat y compañía se prepararon para esto. Recién llegué y estaba Caco Pastore y Tonga Garat entrenando a unos chicos. Espectacular.
¿Te acordas de alguna historia divertida de esos años de entrenador?
Sí, me acuerdo de una que seguramente vos también te acuerdes.
Se venía el clásico con OCC de local y se rompe Rulo Rodríguez, una de nuestras estrellas, que jugaba de wing en el club y en Los Teros. El martes se me acerca el Profe Tchakidjian y me dice:
– ¿A quién vas a poner?
-Y…no sé- le contesto – Las dos opciones que tenemos son Martin (Puig) y Nacho (Naón).
-Ponelo al porteño-me tira el profe.
– ¿Por qué?
– Porque tiene la mirada del tigre.
Esas cosas de futbolero del profe. Yo no sabía qué hacer, Nacho era centro, no jugaba de wing.
Decidí hacerle caso al profe.
Empieza el partido y a los 10 minutos Nacho se manda y termina una buena jugada colectiva. Mete el try y cuando está volviendo, se levanta la camiseta de Old Boys y abajo tenía la de River ¡y le mete un beso al escudo! Lo estoy viendo, en esta cancha (señala la cancha 1 de Old Boys). A los 20 minutos ataca OCC y Nacho tacklea a dos jugadores en el mismo movimiento y les hace volar la pelota, no me olvido más. El Profe me codeaba y me decía “te dije…la mirada del tigre…” Tremendo.